jueves, septiembre 01, 2005

Historieta Rojo Shocking


Mosquito es una historieta editada en forma de librito con casi ciento cincuenta páginas y con un tamaño un poco más grande que el que posee la caja de un CD. Su portada muestra una imagen del insecto en cuestión dibujada, como casi todos los caracteres de esa tapa, mediante los contrastes producidos entre dos únicos colores visibles en todo el tomo: el rojo y el blanco, negando cualquier escala de valores que ambos tonos pudieran tener. Alrededor del globo que encierra al rojo de la tapa se puede leer la siguiente leyenda: MOSQUITO An Omnilingual Nosferatu Pictocomunication Novel From Ghostshrimp Press & Top Shelf Productions. Oración que podría traducirse en algo así como: Una novela pictocomunicacional nosferatuense omnilingual de Ghostshrimp Press y Top Shelf Productions. Tamaño léxico demanda, casi fuera de cualquier juicio, dividir para triunfar:

…From Ghostshrimp Press & Top Shelf Productions: Las dos cosas del final tienen una explicación mucho más fáci(a)l de llevar a cabo que el fútil intento de traducir esa triada de palabras imposibles. Top Shelf Productions es un sello independiente que edita o editó allá por América cosas tan lindas y difíciles de conseguir como la increíble Good-Bye, Chunky Rice de Craig Thompson, la reciente Super F*ckers, la chasingamyesca Box Office Poison y una supuesta obra maestra conocida como Blankets del mismo CT de antes (al menos eso dicen muchos de esos amazones hacedores de listas de Best of the Best, Yo como Domínguez/Cualquiera que soy no la he podido leer aún). Por otro lado, Ghostshrimp Press es una especie de fábrica cultural. Se que la idea y el link ponen en off el interés que pudiera despertar Mosquito. Es natural. Todo D/C que se precie de tal busca apagar esa idea de placer oculto para con lo que se disfruta, tontera que hace de los objetos pops que supimos conseguir algo parecido a un almuerzo y a su disfrute algo similar a tirarse a nadar en la pelopincho “sin que la Tía se de cuenta” (o peor aún, esa actitud ¡Viva la diferencia! que reduce las cualidades de las cosas al limitarse a compararlas con eso que no son y acaban ahí nomás, en seco). Tengo fajos de causas abiertas en mi jurisdicción mental contra personas que (pr)escriben que la historieta es un arte por un lado y por el orto la redujeron a otra bagatela pop que no resistió la pesificación.

Otro laburo de Dan James

Bueno, Ghostshrimp es un sitio en Internet que carece de medios económicos suficientes como para ser una editorial y por ende no posee un lugar de residencia física específica. Aun así Ghostshrimp es conciente de sus imposibilidades, por eso se (extra) limita a ser un site donde se puede acceder a las fotografías, los cuentos, los comments, datos inútiles para nuestra existencia no cipaya y a las pictocreaciones de su creador, un tal Dan James (y de paso a otras cosas de otros varios). Cualquiera puede ghostshrimpear. La página permite que cualquier hijo de Dominguez envié sus trabajos o whatevers a ella. GS es solo un sitio -no muy grande y con mucha oferta visual- cuya virtud es la de ser un intento de superar las dificultades de acceso a ciertos fines (la publicación en papel y su frecuencia en este caso) que no pretende repetir “a su manera”, como si de un eructo se tratara , el modelo o las prácticas que instauraron esas mismas fronteras imposibles de cruzar. Lo que en realidad pareciera buscar Ghostshrimp es hacer de ese espacio virtual un sidecar que acompañe a la publicación, un carricoche que cuando se frene el vértigo de la moto/publicación del objeto material, pueda nutrirse de ese impulso, de esa línea de velocidad y siga hacia adelante, de forma anárquica y sin volante pero que, si o si, siga girando.

An Omnilingual Nosferatu Pictocomunication Novel…
Mosquito es el más reciente trabajo en el mundo del comic de Dan James. En sus páginas se narra como una especie de Van Helsing, sin nombre propio alguno, viaja hacia un pequeño pueblo con el objetivo de eliminar al supuesto vampiro que allí habita. Eso explica la palabra Nosferatu inscripta en la leyenda de la portada. En su rol de storyteller, James decide prescindir de cualquier tipo de diálogo, monólogo o indicio de sonido alguno (no hay ni onomatopeyas, cuando los personajes “hablan” solo vemos dibujos encerrados en globitos). Además, el autor relega el relieve dentro de la viñeta, todo lo dibujado parece plano y, a simple vuelo, podría acusársele de chato. Mediante ese mute del audio, lo liso de la puesta en escena y que las imágenes estén construidas por el contraste entre los colores rojo y blanco (The Octopi and The Ocean, repetía la fórmula pero con otros colores) , James se hace cargo del romanticismo que acarrea su historia ya mil veces contada y decide demostrarlo en su estética. Los dibujos de Mosquito están diseñados de una forma primitiva, son dueños de un aspecto similar al de una pintura rupestre -salvando las distancias logradas por el linaje James en la pintura y en la historieta desde la época de las cavernas- donde cada objeto que exista dentro o fuera de la viñeta estará conformado por una serie de figuras geométricas. Una montaña en Mosquito es la suma de varios triángulos, una casa son varios cuadrados o una carreta es un cúmulo de rectángulos y círculos; pero es esencial para el despliegue en la hoja de tales objetos la idea de espacio, que esta configurado a través del uso del blanco vrs rojo (o viceversa). Pero esas geometrías parecen jamás haber conocido una línea recta. Haciendo gula de esa misma falta de respeto que demuestra por la geometría James la traslada a las leyes de la física: los tamaños de los objetos en Mosquito parecen no importar. No existe, en muchas ocasiones, un correlato racional entre las cosas pero cuando la historia realmente precisa de esa logica de los espacios o el uso del fondo del plano, James demuestra que tal violación es conciente y que la puede resolver tan fácilmente como la borró.

James se convierte en un purista de un género como el terror y de un lenguaje como la historieta ¿Como? Los reduce como si fueran simples piezas de un rompecabezas de niño de 4 años. Lo que pareciera ser un infantilismo producido por la falta de talento es negado por la textura de hoja canson, tan de Jardín de Infantes ella, que posee cada página del librito. Tal relieve de la página, negado a los pictogramas, parece tener un correlato con ese esteticismo de lo básico, del lo táctil, del impulso elemental que Mosquito despliega en cada una de sus facetas-. Cada viñeta de esta historieta fue construida como un todo, como un cuadro trivial, para después adquirir mediante su disposición en forma de librito un valor narrativo capaz de generar un clima tenso.

Ese espíritu trivial, de niño descontrolado, es fácil de detectar en la primera secuencia: James muestra una secuencia con cada etapa de su crecimiento y lo que leía en ese momento (Dr. Seuss, Roald Dahl, Tintin, Lovercraft, Kafka, Borges) que finaliza con su mano realizando dibujo que abre la historia del cazavampiros. Las sospechas de snobismo crecen, sobre todo si consideramos además el hecho de tildar de novela a una historieta solo por ser más larga y menos folletinesca de lo tradicional se incrementa la desconfianza. Pero el gesto de la referencia a su pasado no es snob, esa serie de secuencias prosigue una vez finalizada la historia “de ficción”: James se dibuja cansado, pasado por el tiempo y finalmente muerto, cae al piso, se pudre y, posteriormente, un niño recoge el libro Mosquito del suelo. Una imagen cíclica. James parece desconfiar de todo aquello que ama (quizás porque sabe que le pertenecerá solamente mientras respire) y por eso testea las fronteras de los objetos de su afecto: para comprobar, algo tan básico como difícil de llevar a cabo, que las historietas, cualquiera sea el color, la forma o el género, pueden representen historias larger than life. Que ponen en funcionamiento un tiempo que reinicia cada vez que se vuelve abrir el comic en cuestión. Suena cursi. Casi tanto como la idea de hacer una versión nueva de la vieja historia de “cazador vrs chupasangre”. Es impresionante como con una imagen compuesta por dos líneas rojas que atraviesan diagonalmente de lado a lado dos gigantescos cuadrados blancos y que finalizan su recorrido en un muchas formitas rojas James logra poner en escena un viaje en carreta de alguien que sabe que puede llegar a morir. James consigue en esa doble página encerrar toda la soledad, sabiduría, lejanía y fatalidad que encierra algo tan chiquitito y escarlata como Mosquito.